Al igual que en 2010, Mendoza volvió a demostrar todo su poderío y logró consagrarse campeón, al vencer en la final a Ushuaia por 6 a 3.
La final fue muy disputada, pero Mendoza supo capitalizar mejor las oportunidades con las que contó, Ushuaia que propuso un juego agresivo, lo tuvo cerca al partido durante varios pasajes, pero no pudo vulnerar la valla del arquero mendocino.
Fue una gran final la que disputaron estas dos selecciones, que dejaron muy conformes a la gran masa de público que se acercó al estadio de Junín a presenciarla.