10 jul 2010

Final de Primera División - Náutico pudo ser Campeón


Náutico Sportivo Avellaneda se consagró campeón del torneo de Primera División al vencer en una ajustadísima y demasiado pe
nsanda final a Velocidad y Resistencia por 3 a 2.

Antes de hablar de un partido que para la mayoría de la gran masa de espectadores no fue atrac
tivo ya que por el contrario para los más analizadores tácticos del deporte, debe haber sido de los partidos más pensados y disputados entre dos equipos que se conocen al pie de la letra virtudes y errores.

Vamos a la historia, Velocidad y Resistencia jugaba su 4° final consecutiva, venía de ser bi campeón y ayer le apostaba al tri campeonato, después de no tener un gran torneo pero que las circunstancias del mismo lo habían puesto nuevamente en la final, a pesar de que sus estadísticas no eran buenas, per
o un equipo con tres finales consecutivas no es alguien de fiar, y ayer se vio un rival durísimo para enfrentar.

Pero lo mejor para contar era la realidad de Náutico, quien no era Campeón de Primera División desde sus inicios en este deporte allá por el año 1996,
14 años, donde debió soportar perder 5 finales (1996, 2001, 2004, 2008 y 2009) hasta poder romper el maleficio en la noche de ayer y que jugadores históricos de ese club vieran el sueño posible. Para el que estuvo en una cancha, saben todos de que se trata llevar una cruz tan pesada tanto tiempo.

El partido en sí arranco favorable a Náutico, quien con buena posesión manejaba la pelota pero no podía entrar a una buena defensa del rayo.

Eso hizo que con el correr de los minutos el partido comenzará a tener otro dueño, ya que fue Velocidad y Resistencia quien apretó un poco las marcas, comenzó a robar pelotas y a venirse con la contra pero en llegadas sin buena resolución.

Hasta que en una llegada con varias fases del conjunto de la costa, que terminó con un pase entre líneas de Juan Chung para Santiago Rullo, que éste ante la salida del arquero logró tocar al palo derecho para colocar el 1 a 0.

Ese gol no cambió mucho el partido ya que ambos equipos mantuvieron la postura, pero el rayo luego de un robo por derecha, Gonzalo Pedemonte logró juntar marcas y habilitar por el medio a Mariano Díaz, quien ante la salida del arquero, que lo fue a atorar, la pisó para su pierna derecha para definir sin arquero y establecer el empate.

De allí hasta el final fue un partido muy estudiado, tedioso de ver, y por mom
entos con dos equipos que resignaron la posibilidad de atacar, pero hubo una más, ejecutada perfectamente por el poste de Náutico Juan Chung que metió un pase de globo para la entrada por izquierda de Juan pablo Roldán, quien con volea fuerte de zurda cruzada puso el 2 a 1 para los de la costa. Antes del final casi se define todo, en dos jugadas que Náutico no pudo definir.

Primer tiempo muy estudiado, pero ese 2 a 1 parcial para los blancos, haría cambiar tácticamente la forma de plantarse de los equipos para la segunda etapa.

Y así pasó, Náutico intentó desde el vamos manejar los tiempos con su arquero, y le dió resultado, por varios minutos, hasta que el rayo, salió a buscar más arriba e incluso a arriesgar metiendo presión al arquero arriesgando dejar un jugador de campo libre en una cancha muy grande donde cual
quier pase ponía un jugador mano a mano.

El rayo empezó a manejar los hilos del partido, y poco a poco a llegar varia
s veces al arco defendido por Maurino, pero no pudo vulnerarlo una y otra vez. Náutico solo especulaba a la contra porque era muy apretado en la salida para poder mover fácil el balón.

Hasta que promediando el primer tiempo, en una jugada aislada, donde Santiago Matich el arquero del rayo jugó un pelotazo a la derecha para la entrada de cabeza de Gonzalo Pedemonte, quien de cabeza batió al arquero de Náutico para poner el 2 a 2, quedando menos de
10 minutos para terminar el partido.

Aquí se iba a ver cuanto reacción tenía Náutico para sorportar ese mazazo cuando habían parado los embates de su rival, y cuanta ambición tendría el rayo para llevarse por delante el partido.

Dio la sensación que Velocidad y Resistencia era el que buscaba más en esos minutos, por lo menos en la intención de apretar la salida de su rival, y que Náutico especulaba a algún pelotazo o a algún error en la marca del rayo, pero ni uno ni el otro pudieron generar nada que lo haga protagonista o merecededor del partido.

Hasta que a falta de 3 minutos, en una corrida aislada por izquierda de Santiago Rullo, este desde una posición muy incómoda remata al arco, la pelota es desviada tenuemente por el pie del defensor del rayo, lo sutil para clavarse arriba en el primer palo del arquero del rayo. Náutico 3 a 2 y ahora los problemas se los pasó al rival.

Velocidad y Resistencia mantuvo su postura tranquila de no desbordarse anímicamente e ir a buscar el empate que necesitaba para el alargue, hasta el último segundo, pero apareció la figura de Maurino para una y otra vez tapar los remates provenientes del otro arquero.

No hubo mucho tampoco para amenazar el triunfo de Náutico, que sencillamente hizo bien lo que debía hacer bien, meter los goles, ganar el partido y asegurarse el ansiado título.

Por el lado del rayo quedará la sensación de que esta fue la final donde cometió menos errores, que incluso otras donde ganó, pero esto ahora es otra historia.

Náutico viene demostrando hace varios años que es merecedor del título que consiguió ayer, es quizás el más justificado campeón porque sin lugar a dudas es el equipo con mejores estadísticas en los últimos 3 años, pero a veces las cosas a pesar de hacerse bien no resultan, ayer las cosas se emparejaron, justamente ante el rival más duro y más aplomado por su experiencia en finales que le podía tocar para jugar una final, lo que dignifica aún más el logro conseguido.

Para A.RO.FU.SA. queda lo mejor, una final sin nerviosismo dentro de la cancha, jugada tacticamente pero sin el miedo al fracaso o la derrota, jugada como adultos, algo que faltaba en el torneo de Primera División. Los que ayer fueron jóvenes sin experiencia, hoy ya marcan el camino de esta refundación. Ayer se cerró una cuenta pendiente en los objetivos fijados.